A propósito del debate

Aprender a debatir no debería ser una actividad que se realiza un día cualquiera en la escuela. 

Según la RAE, Debatir es discutir un tema con opiniones diferentes entre dos o más personas. Hoy en una acepción más extensa se habla del Debate como un método de discusión  que se caracteriza por un intercambio organizado y argumentado de ideas y/o puntos de vista entre dos o más personas, de manera oral o, en ocasiones, escrita.
Y fueron los filósofos griegos, Sócrates, Platón o Aristóteles y los pensadores romanos como Cicerón o Quintiliano, los primeros en reflexionar sobre la importancia de esta disciplina necesaria para la convivencia y la resolución de conflictos entre los ciudadanos de la democracia ateniense y de la República Romana.
Para Aristóteles (siglo IV a. C) “la dialéctica y la retórica se ocupan de la probabilidad y, por tanto, son las ramas de la filosofía más adecuadas para tratar los asuntos humanos. Por eso en su “Ars Rethorica” distingue entre: el debate filosófico que cuenta con la Dialéctica como  instrumento destinado a un público selecto, con objetivos de aprendizaje mediante pruebas de conocimiento probable y el debate práctico con la Retórica como una herramienta para persuadir a grandes audiencias usando el conocimiento probable para resolver asuntos prácticos.”  
Por eso la Dialéctica y la Retórica juntas crean un sistema de persuasión basado en el conocimiento y no en la manipulación o en la omisión.

El debate en las leyes educativas de nuestro país

Ya la Ley General de Educación de 1970 en sus Arts. 16,18 y 22 hablaba del… “ejercicio de las capacidades de imaginación, observación y reflexión, …, el desarrollo de aptitudes para la convivencia… fomentar la originalidad y creatividad de los escolares, así como el desarrollo de aptitudes y hábitos de cooperación, mediante el trabajo en equipo de Profesores y alumnos… todo ello, en un ambiente que propicie la colaboración con los demás y el entrenamiento progresivo en actividades y responsabilidades sociales.”
Del mismo modo, pero de forma más específica el Debate se contempla como una habilidad o competencia transversal en todas las reformas educativas de nuestro país desde la LOGSE de 1990 hasta la LOMCE (2013) y la actual LOMLOE (2020).
Así La Competencia lingüística habla de “comprender, interpretar y valorar críticamente mensajes orales, escritos, signados o multimodales evitando los riesgos de manipulación y desinformación, así como comunicarse eficazmente con otras personas de manera cooperativa, creativa, ética y respetuosa. Pone sus prácticas comunicativas al servicio de la convivencia democrática, la resolución dialogada de los conflictos… “
La Competencia matemática y competencia en ciencia, tecnología e ingeniería busca entre otras cosas que “el alumnado se plantee preguntas y extraiga conclusiones basadas en pruebas para poder interpretar y transformar el mundo natural y el contexto social…”
También la Competencia personal, social y de aprender a aprender “Incluye gestionar … la información eficazmente; colaborar con otros de forma constructiva; mantener la resiliencia; y gestionar el aprendizaje a lo largo de la vida… “
La Competencia ciudadana “Implica la reflexión crítica acerca de los grandes problemas éticos de nuestro tiempo… y contribuye a que alumnos y alumnas puedan ejercer una ciudadanía responsable y participar plenamente en la vida social y cívica…”
La Competencia en conciencia y expresión culturales también “…Supone comprender y respetar el modo en que las ideas, las opiniones, los sentimientos y las emociones se expresan y se comunican de forma creativa…”
De igual manera la Competencia Emprendedora “…supone entrenar el pensamiento para analizar y evaluar el entorno, y crear y replantear ideas utilizando la imaginación, la creatividad, el pensamiento estratégico y la reflexión ética, crítica y constructiva dentro de los procesos creativos y de innovación; y despertar la disposición a aprender, a arriesgar y a afrontar la incertidumbre…”
También se recoge en los objetivos de la ESO cuando se habla de «Desarrollar destrezas básicas en la utilización de las fuentes de información para, con sentido crítico, adquirir nuevos conocimientos y de comprender y expresar con corrección, oralmente y por escrito, en la lengua castellana y, si la hubiere, en la lengua cooficial de la comunidad autónoma, textos y mensajes complejos, e iniciarse en el conocimiento, la lectura y el estudio de la literatura.» 
Y con similares términos los Objetivos de Bachillerato hablan de «Prever, detectar y resolver pacíficamente los conflictos personales, familiares y sociales, así como las posibles situaciones de violencia y de dominar, tanto en su expresión oral como escrita, la lengua castellana y, en su caso, la lengua cooficial de su comunidad autónoma».

En definitiva el debate es una auténtica e  indiscutible “SITUACIÓN DE APRENDIZAJE” –según la terminología de la LOMCE- «porque implica el despliegue por parte del alumnado de actuaciones asociadas a competencias clave y competencias específicas, y que contribuyen a la adquisición y desarrollo de las mismas” (RD 217/2022. Art.2.F).
Por tanto aprender a debatir desde las edades tempranas -según las últimas investigaciones en Neuroeducación- supone mejorar las conexiones cerebrales del área prefrontal que es la que más tarda en desarrollarse y que es fundamental para una vida adulta más equilibrada.
Y en ello está empeñado el profesorado del Colegio Calasanz desde hace 5 años, implicando cada vez a más alumnado de todos los niveles educativos.