Si una imagen vale más que mil palabras, se podría escribir un libro con todas la experiencias que recogen las fotos de esta noticia y aún así resultaría un breve resumen de las experiencias educativas vividas y compartidas por Carlos Sández, María Isaba, Teresa Corrales y Mari Val García durante los más de 25 años de su estancia en el Colegio Calasanz.
Y eso es lo que todo el profesorado quiso reconocer y agradecer el día 22 de diciembre pasado.
Mari Val, la cara amable que nos recibe cada día al entrar en el colegio, su sonrisa, disponibilidad y amabilidad son su valor añadido que nos ofrece gratuitamente sin hacer ningún esfuerzo aunque el día sea gris y la noche no haya sido la mejor para el descanso. Aunque cada día recuerde una ausencia que incomprensiblemente ya dura demasiado.
Teresa, políglota del colegio, y viajera incansable fuera de nuestras fronteras en busca de nuevos horizontes y experiencias para todos los alumnos que han pasado por sus clases desde hace ¡25 años! y los que le quedan.  ¡Qué suerte haber compartido con ella tantas cosas, miradas, gestos de afecto y generosidad…
María Isaba, y sus reproducciones de códices antiguos que sus alumnos han copiado durante tantos años en su scriptorium de clase, como si de monjes medievales se tratara. Un día llegó desde su Estella natal en el antiguo reino de Navarra y se convirtió en hija adoptiva de Alcalá para siempre.
Carlos Sández, severo pero comprensivo con los jóvenes y tierno con la infancia. Pelo blanco como la nieve, ilusionado por vivir, fontanero de la educación, maestro de nada y aprendiz de todo. Enamorado de la vida y sobre todo de los seres humanos.

Los cuatro sin arrugas en el cerebro (Margarita Salas dixit), pero con muchas cicatrices que deja el tiempo en las personas que se arriesgan, que se levantan cada día con un mundo por delante que descubrir y trasformar sin que aparentemente les cueste mucho esfuerzo. Y como se comentó el día 22, a los cuatro les ha tocado una de las mejores loterías, sin haber comprado una `participación en el sorteo: «Dedicarse a una de las tareas más importantes y apasionantes en nuestro mundo actual, la educación, y poder vivir de ello; y además hacerlo en el Colegio Calasanz compartiendo sus conocimientos con las nuevas generaciones de educadores y educadoras que afortunadamente se van incorporando».

María y Carlos, seguiremos sintiendo vuestra ausencia y echaremos de menos vuestra presencia, pero nos alegramos de vuestra jubilación, porque jubilarse es cesar una actividad laboral y no está mal poder descansar o ir más despacio, pero también es entrar en un periodo de Jubileoque para los judíos era una fiesta que celebraban cada 50 años en la que se liberaba a los esclavos y se perdonaban las deudas… (o sea se volvía a empezar de nuevo) y para los romanos era el grito de alegría que daban los pastores cuando nacían los nuevos corderos de sus rebaños.
ASÍ ES QUE PODÉIS CELEBRAR QUE TENÉIS OTRA OPORTUNIDAD DE VOLVER A NACER Y ALEGRAROS POR LA NUEVA VIDA QUE TENÉIS ANTE VOSOTROS.