La Curiosidad y la Necesidad de saber más ha sido el punto de partida que han utilizado las profesoras de 3º EP para que sus alumnos-as conozcan su cuerpo por dentro y comprendan la importancia de su cuidado. Para ello han convertido su aula en un auténtico Taller de Anatomía y a través de la expresión plástica, como hacían pintores barrocos como Rembrandt, han dibujado y cortado los órganos del Aparato Digestivo de los humanos y los han sacado a la luz para comprender de manera práctica como somos por dentro, colocándolos sobre su propio cuerpo, como hacían los antiguos egipcios, los médicos griegos, los árabes en la Edad Media y los médicos europeos ya en el siglo XVI y XVII.
Después han salido de su aula para presentar los frutos de su trabajo a través del juego que es una de las herramientas que los «sapiens» utilizamos para fijar los conocimientos nuevos y convertirlos en algo útil para la vida, junto con el trabajo en equipo y la elaboración de lo que no vemos a través de las representaciones gráficas.
¡Lo que nuestra especie ha tardado miles de años en descubrir y comprender los niños del siglo XXI lo aprenden y lo incorporan a su genoma cultural en menos de una semana!. Un motivo más de satisfacción en estos tiempos que corren. ¿Quién dijo que la escuela presencial tiene que desaparecer? Quizá lo que tenga que desaparecer son aquellas prácticas escolares basadas en la memorización y la repetición que tanto hemos sufrido en la infancia y sustituirlas por aquellas con un estilo de aprendizaje más acorde con el funcionamiento de nuestro cerebro como nos dice hoy la Neuropedagogía. Y en ello estamos en el colegio Calasanz.
Desde tiempos remotos los «sapiens» hemos sentido la necesidad y la curiosidad de conocer nuestro cuerpo, es decir nuestra anatomía (ἀνατομία). Una palabra de origen griego que hace referencia a la acción de «cortar o separar hacia arriba». Por eso la ANATOMÍA es una de las ciencias básicas de los estudios de Medicina en la actualidad.
Las tres imágenes que encabezan la noticia hacen referencia a esa historia que empezó con los egipcios cuando cortaban y sacaban los órganos de los cadáveres para embalsamarlos y conservalos para la eternidad. Hipócrates y Galeno, griegos y padres de la medicina occidental sintieron también esa necesidad de conocer el cuerpo humano y muchos otros más, durante la Edad Media, en el mundo islámico como Avicena, y en el Renacimiento muchos curiosos, como el valenciano Miguel Servet, dieron su vida por atreverse a realizar estudios de Anatomía utilizando cadáveres, porque la Iglesia lo prohibía. Hasta que no hace más de 400 años algunos pintores empezaron a plasmar esa curiosidad en sus cuadros que representaban las lecciones de Anatomía en las Universidades.