Y por fin llegó uno de los momentos más importantes que simboliza la esencia de la convivencia y colaboración entre todos los integramos la amplia Comunidad Educativa del Colegio Calasanz.

El pasado día 10 de Junio por la tarde familias, profesorado, miembros del AMPA y todo el personal no docente hicieron posible que la fiesta de la Comunidad Educativa, interrumpida por la pandemia durante 2 largos años, volviera a celebrarse en un ambiente de alegría, convivencia y colaboración entre todos los participantes que a lo largo de la tarde acudieron al Colegio.
El hall, el comedor, las aulas de infantil y Primaria, el gimnasio y todos los patios del Colegio se convirtieron en espacios de encuentro donde se pudieron realizar múltiples y variadas actividades.

El concierto a cargo de los alumnos-as de Primaria sirvió para abrir la Fiesta. El rastrillo solidario, el puesto de postres de las Antiguas alumnas y el de algodón dulce permanecieron abiertos durante toda la tarde. Y los concursos de tapas en familia, de Just Dance y la gran final del concurso de talentos; los cuentacuentos, bailes y canciones, talleres, la discoteca para los de secundaria, los juegos en familia fueron un éxito de participación.

La presencia de la Unidad Militar de Emergencias fue todo un acontecimiento para pequeños y grandes y el bar, organizado por el AMPA como todos los años, además de ayudar a combatir los excesos de los primeros calores tuvo una recaudación excelente.

Y como no podía ser de otra manera la fiesta de la espuma sirvió para que pequeños y mayores terminaran jugando y refrescándose cuando el sol llegaba a su ocaso.
No menos importante fue la presencia de todo el personal de limpieza y mantenimiento que, bolsas de basura en mano, escobas, recogedores y herramientas, velaron por mantener limpios los distintos espacios a lo largo de toda la tarde.

Gracias a la buena voluntad de todos los participantes, a su espíritu de convivencia y colaboración la Fiesta fue todo un éxito de participación y encuentro entre los asistentes, muchos de los cuales tuvieron la oportunidad de conocerse y charlar animadamente sobre sus preocupaciones educativas.

Es verdad que se gastan muchas energías en la preparación durante semanas de estas fiestas escolares, pero también es verdad que nuestro cerebro recarga las pilas y a pesar del cansancio de los organizadores y participantes, las sensaciones y sentimientos positivos se guardan y permanecen durante largo tiempo, haciendo más llevadero el día a día.

Enhorabuena a todos los que formamos la gran Familia del Calasanz