El pasado viernes, 26 de Febrero, una vez más recordamos que nuestro colegio y otros muchos, repartidos por nuestro país y por los cuatro continentes, son el fruto de la pasión por educar de un grupo de mujeres, con Paula Montal al frente, que a lo largo de los últimos 200 años se han empeñado en dignificar el papel de las mujeres en nuestra sociedad. Y no lo han hecho saliendo a las calles para reivindicar derechos, que tampoco está nada mal, sobre todo cuando muchos, entonces y ahora, todavía quieren que las mujeres sean invisibles. Por eso las Escolapias, que hablan poco y han hecho mucho, decidieron crear escuelas donde las niñas pudieran tener acceso a conocimientos, hasta entonces reservados al genero masculino.
Algunos políticos de la época con mente más abierta -eran pocos, la verdad- fueron capaces de atisbar en sus humildes escuelas y en su tarea como educadoras pacientes un futuro mejor para nuestro país, donde la humanidad pudiera progresar gracias al esfuerzo de todos sus integrantes y no sólo del 50%. Por eso recurrieron a las escolapias para que en sus ayuntamientos fueran ellas quienes se encargaran de las escuelas.
A lo largo de los años muchas mujeres han sentido la misma pasión por educar y se han embarcado en la gran tarea de educar, buscando la complicidad de muchas maestras y maestros que hoy reman en la misma dirección para que el proyecto de Paula Montal y de las escolapias siga vigente y esté presente allá donde sea necesario.
Y es este proyecto el que cada año intentamos hacer visible el día 26 de febrero, fecha en que falleció Paula Montal, porque aún queda mucho camino por recorrer.
Como puede verse a través del material gráfico que acompaña esta noticia y del álbum de fotos que se enviará a través de EDUCAMOS, el viernes pasado fue un día muy intenso donde todos los educadores y educadoras del colegio lo dieron todo para presentar una muestra de los resultados que un buen trabajo educativo produce en la infancia y la juventud.
No hace falta ir muy atrás en el tiempo para comprobar que la escuela de hoy es muy distinta porque integra la diversidad, la creatividad, la imaginación, el juego, la música, la actividad física, la observación pausada y la contemplación silenciosa en el proceso educativo de las nuevas generaciones, incorporando todas ellas al Genoma Cultural –José Antonio Marina, dixit*– de nuestros alumnos y alumnas en muy poco tiempo, preparándolos para convivir y colaborar en igualdad.
Cada clase preparó para este día una actuación con la que compitió con el resto de las clases, para recordar a Paula Montal (Madre Paula) con música, voz y movimiento y hacer visibles a los que no tienen voz. A pesar de la gran energía empleada nos sentimos modestamente satisfechos y orgullosos. Como en todo concurso alguien sale vencedor, aunque todos han sido ganadores por el esfuerzo realizado y las dos clases que han conseguido el premio (2º EP B y 6º EP B) que consistía en un donativo destinado al proyecto de las Misiones Escolapias en Guinea Ecuatorial: «Becas para las alumnas del internado de la ciudad de Bata», han entregado el importe a la administradora del colegio para que lo haga llegar a sus destino.

 

Y todo esto no hubiera sido posible sin la estrecha colaboración de todas las familias, cuya presencia se puede descubrir en todos y cada uno de los disfraces que pacientemente han ido preparando baja la atenta mirada VIRTUAL de las educadoras y educadores de sus hijos
Gracias por vuestra confianza y colaboración
(*) Biografía de la Humanidad. José Antonio Marina y Javier Rambaud